El jueves fue un día un poco extraño para mí:
Estando en el Ingenio Pujiltic tenía que enviar un paquete al estado de Jalisco y pensé que yendo a Comitán en vez de a Tuxtla, me ahorraría además de tiempo, algún dinero. Que equivocado estaba..
Salí de Pujiltic como a la 1 pm. Llegando a Comitán me propuse a caminar hasta el centro de la ciudad, donde según yo estaba la paquetería en cuestión. Caminé como 10 cuadras mientras silbaba la tonada de "Comitán". Al llegar al centro y preguntar me dijeron que en realidad la paquetería estaba a una cuadra de donde me había bajado del microbus.
Después de resignarme y de respirar un poco, decidí caminar nuevamente ahora en dirección contraria, ya sin ánimos de silbar nada. Al fin, llegué a la paquetería y cuando todavía estaba resoplando y jadeando por la caminata cuesta arriba, la señorita me atajó con la pregunta: "¿Ya lo llevó usted a la aduana?" Resulta que al ser una ciudad fronteriza, el paquete debía ser revisado en una oficina de la aduana de la ciudad antes de su traslado a cualquier parte del país.
Llegada la hora, me levanté a tomar unas fotos más y a comprar un helado y me dirigí con él en una mano, la caja en la otra y la mochila en la espalda. Llegué a la aduana y todavía tuve que esperar una media hora más porque el "funcionario" no llegaba. Cuando llegó me hizo abrir la caja y me entregó un formulario para llenar, sin siquiera dignarse a mirarme. Cuando ya estaba a punto de terminar de llenarlo abrió la caja y me preguntó que si traía factura de la computadora (una laptop). Le iba a contestar que como iba a estar cargando con la factura de la lap, si además no era mía, era de la empresa donde trabajo...etc.. pero me limité a contestarle con una sonrisa y un "no". Entonces mi funcionario-villano me dijo que sin ella simplemente no me podía sellar la caja y por consiguiente no podría enviar mi paquete a su destino y ante mi intento de razonar con el me dijo que además si se ponía un poquito más estricto me podía retener la computadora y que reglas eran reglas y que...etc..
Con re-re-renovada resignación y mientras él rompía el formulario, tomé la computadora, volví a sellar mi caja y con la mejor de mis sonrisas le dí las gracias y él con la mejor de sus muecas me contestó que "de nada". Me dispuse a caminar nuevamente hacia la salida de Comitán y cuando llegué tomé el microbus y decidí que en lugar de quedarme en Pujiltic, pasaría de largo hasta Tuxtla Gtz donde al otro día enviaría mi paquete sin problema alguno, y en donde llegando y a pesar de ser las 8 pm me daría cuenta de que el día apenas empezaba.. Pero esa, es otra historia..
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