La verdadera interrogante

Su servidor ha vivido las elecciones dos veces de cerca. Una vez fui funcionario de casilla y me tocó contar los votos de mi casilla. En otra ocasión me tocó ser empleado en el centro de conteo rápido de votos, en donde se reciben los datos de los conteos de las casillas de todos los municipios del estado mediante sistemas computacionales, vía telefónica e incluso mediante mensajeros de a pie. En ambas ocasiones cumplí con mi deber como ciudadano y en la medida de mi responsabilidad, cuidé los intereses de todos los votantes que acudieron a las casillas.

Esta vez me toca únicamente cumplir con mi deber como ciudadano al votar. Pero, ¿por quién votar? ¿Por qué partido votar? ¿Anulo mi voto? ¿No voy a votar? Estas y muchas preguntas más me he hecho a lo largo de esta temporada electoral y creo que muchos más se las han hecho en todo el país.

El próximo domingo habrá elecciones locales y estatales en mi lugar de residencia y muchos ya estamos hartos de las campañas electorales. Ataques, mentiras, promesas e incluso asesinatos han manchado estas elecciones.

Pero creo que de lo que más estamos hartos los ciudadanos es de no tener una verdadera opción para elegir a nuestros gobernantes. Todas las opciones aparentan ser una porquería, al menos para mí.

Mi elección no está entre los 3 partidos políticos clásicos y sus respectivas alianzas. Mi elección va más orientada a decidir qué es mejor, si salir a anular mi voto o simplemente no salir a votar.

¿Cómo hacerle saber a los partidos y al gobierno que ningún candidato me representa como ciudadano? Esa es la verdadera interrogante. Vamos a ver que decido de aquí al domingo.