Hola, pues aquí de nuevo dando lata en este inicio de año.. Ahorita estoy en Cardel, Veracruz comenzando el año trabajando duro y tenía ganas de escribir algo así que aquí me tienen de nuevo frente a mi laptop y dentro de un ingenio como es costumbre.
En el camino para acá en el autobús (ya me estoy hartando de viajar en autobús) ocurrió algo que me hizo recordar una anécdota que viví en la central de autobuses del norte del D.F.
Era casi la hora de abordar mi autobús y había otras mil personas ahí esperando su respectivo. Había de todo, los clásicos fumadores, los niños chillones, los galanazos, etc.
Había dos personas muy distintas una de otra: una era un señor algo grande pero con un estilo más bien como de joven, con cabello largo casi totalmente cano, sudadera y muchas maletas. La otra era una señora de esas que nomás de verlas sabes que algo esconde o que de todo se está quejando..
El señor estaba hablando por teléfono y moviéndose de un lado a otro y en eso se le cayó un cojín de esos que se ponen alrededor del cuello para poder dormir en el autobús. Como yo estaba un poco lejos no me preocupé en irle a decir porque había mucha gente y alguno de ellos le diría. El señor siguió hablando por teléfono y cuando se dio cuenta comenzó a dar vueltas como desesperado buscando su cojín. Yo aún no dije nada porque la escena me pareció muy interesante. Mientras, un joven que iba pasando recogió el cojín y le preguntó a la señora con cara de fuchi que si era suyo. La señora, que estaba a unos pasos del señor y que también había observado todo, le dijo que no y el joven rápidamente lo puso a un lado del barandal donde la señora estaba recargada. Así pasaron unos cuantos minutos más y el señor tuvo que abordar su autobús, resignado. El camión de la señora también llegó, así que volteó a ver el cojín, lo levantó con su cara de fuchi, le dio unas palmaditas para limpiarlo un poco y dándole su aprobación el cojín cambió de dueño.. las cosas que uno ve.
Pero lo que me hizo recordar esa anécdota fue otra que me pasó directamente. Venía en el autobús de Tampico a Cardel el día 2 de enero. Me tocó sentarme junto a un señor de esos mal encarados. Según yo sería un viaje tranquilo así que me senté tranquilamente. Lo primero que noté fue que había bajado el descansa brazos, lo cual es molesto porque solo uno de los dos puede acomodar el antebrazo para descansar. En fin, me acomodé y me puse a ver el paisaje. El autobús hizo mil paradas..Tampico Alto, Ozuluama, Naranjos, Tuxpan, Poza Rica y por último Cardel donde bajé yo. En todo ese trayecto pusieron puras películas chafas y cuando pusieron una buena, el chofi le bajó el volumen y no se oía nada. Todos los pasajeros nos empezamos a dormir uno por uno pero el señor de al lado empezó a escuchar música en su teléfono.
Aquí debo hacer un paréntesis. De un tiempo para acá he notado que los teléfonos que incluyen reproductor de MP3 y música cunden por todos lados y que los chavillos cada vez ponen su música en los lugares menos indicados. Por ejemplo, estando en la tranquilidad de la playa siempre hay alguien con su mugre música, en la calle también.. es como volver al tiempo en que los chavos traían sus grabadoras gigantes molestando a todo mundo.. ¿Qué no saben como funcionan los audífonos? ¿Ganas de presumir música que de todos modos todo mundo tiene? En fin..
Este señor sin más abrió su teléfono y se puso a escuchar esa de.. "solo tú, no necesito más.." a todo volumen.. Así que me despertó y yo lo quedé viendo con ojos de pistola mientras se escuchaba un coro de "shhhhhh". Al vato le valió gorro y nomás se volteó para la ventana. Cuando se terminó la horrible canción y empezó la siguiente, los "shhhhhh!!!!" se hicieron más fuertes y al fin se puso sus audífonos. Y aún con sus audífonos se escuchaba su horrenda música.. los tipos que uno ve.
Pero bueno, ya me extendí demasiado. Solo para concluir:
1. Es horrible viajar en autobús "de primera", todo el proceso es fastidioso y agotador.
2. Hay todo tipo de ratas, no solo las de dos patas, sino también las que parecen "decentes".
3. ¿Que la gente ya no sabe respetar el derecho a la tranquilidad de los demás?
4. Cada cosa que nos pasa es buen material para escribir, jeje..
Por último, muchas gracias a todos los que mandaron mensajes y escribieron en estas fiestas de diciembre: Brenda, Lorena, Carolina, Liz, Mauricio, Nastllely y Marco y a todos los que sus mensajes se perdieron en el limbo de las microondas..(o eso es lo que quiero pensar ;)) Hasta pronto..
En el camino para acá en el autobús (ya me estoy hartando de viajar en autobús) ocurrió algo que me hizo recordar una anécdota que viví en la central de autobuses del norte del D.F.
Era casi la hora de abordar mi autobús y había otras mil personas ahí esperando su respectivo. Había de todo, los clásicos fumadores, los niños chillones, los galanazos, etc.
Había dos personas muy distintas una de otra: una era un señor algo grande pero con un estilo más bien como de joven, con cabello largo casi totalmente cano, sudadera y muchas maletas. La otra era una señora de esas que nomás de verlas sabes que algo esconde o que de todo se está quejando..
El señor estaba hablando por teléfono y moviéndose de un lado a otro y en eso se le cayó un cojín de esos que se ponen alrededor del cuello para poder dormir en el autobús. Como yo estaba un poco lejos no me preocupé en irle a decir porque había mucha gente y alguno de ellos le diría. El señor siguió hablando por teléfono y cuando se dio cuenta comenzó a dar vueltas como desesperado buscando su cojín. Yo aún no dije nada porque la escena me pareció muy interesante. Mientras, un joven que iba pasando recogió el cojín y le preguntó a la señora con cara de fuchi que si era suyo. La señora, que estaba a unos pasos del señor y que también había observado todo, le dijo que no y el joven rápidamente lo puso a un lado del barandal donde la señora estaba recargada. Así pasaron unos cuantos minutos más y el señor tuvo que abordar su autobús, resignado. El camión de la señora también llegó, así que volteó a ver el cojín, lo levantó con su cara de fuchi, le dio unas palmaditas para limpiarlo un poco y dándole su aprobación el cojín cambió de dueño.. las cosas que uno ve.
Pero lo que me hizo recordar esa anécdota fue otra que me pasó directamente. Venía en el autobús de Tampico a Cardel el día 2 de enero. Me tocó sentarme junto a un señor de esos mal encarados. Según yo sería un viaje tranquilo así que me senté tranquilamente. Lo primero que noté fue que había bajado el descansa brazos, lo cual es molesto porque solo uno de los dos puede acomodar el antebrazo para descansar. En fin, me acomodé y me puse a ver el paisaje. El autobús hizo mil paradas..Tampico Alto, Ozuluama, Naranjos, Tuxpan, Poza Rica y por último Cardel donde bajé yo. En todo ese trayecto pusieron puras películas chafas y cuando pusieron una buena, el chofi le bajó el volumen y no se oía nada. Todos los pasajeros nos empezamos a dormir uno por uno pero el señor de al lado empezó a escuchar música en su teléfono.
Aquí debo hacer un paréntesis. De un tiempo para acá he notado que los teléfonos que incluyen reproductor de MP3 y música cunden por todos lados y que los chavillos cada vez ponen su música en los lugares menos indicados. Por ejemplo, estando en la tranquilidad de la playa siempre hay alguien con su mugre música, en la calle también.. es como volver al tiempo en que los chavos traían sus grabadoras gigantes molestando a todo mundo.. ¿Qué no saben como funcionan los audífonos? ¿Ganas de presumir música que de todos modos todo mundo tiene? En fin..
Este señor sin más abrió su teléfono y se puso a escuchar esa de.. "solo tú, no necesito más.." a todo volumen.. Así que me despertó y yo lo quedé viendo con ojos de pistola mientras se escuchaba un coro de "shhhhhh". Al vato le valió gorro y nomás se volteó para la ventana. Cuando se terminó la horrible canción y empezó la siguiente, los "shhhhhh!!!!" se hicieron más fuertes y al fin se puso sus audífonos. Y aún con sus audífonos se escuchaba su horrenda música.. los tipos que uno ve.
Pero bueno, ya me extendí demasiado. Solo para concluir:
1. Es horrible viajar en autobús "de primera", todo el proceso es fastidioso y agotador.
2. Hay todo tipo de ratas, no solo las de dos patas, sino también las que parecen "decentes".
3. ¿Que la gente ya no sabe respetar el derecho a la tranquilidad de los demás?
4. Cada cosa que nos pasa es buen material para escribir, jeje..
Por último, muchas gracias a todos los que mandaron mensajes y escribieron en estas fiestas de diciembre: Brenda, Lorena, Carolina, Liz, Mauricio, Nastllely y Marco y a todos los que sus mensajes se perdieron en el limbo de las microondas..(o eso es lo que quiero pensar ;)) Hasta pronto..
1 Reacción:
acá hay alguien que comparte mi frustración por este tipo de gente: http://www.blog.com.mx/musica/telefonos-celulares-con-mp3/
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