Recién llegué a Chiapas, empecé a disparar mi cámara. En donde estoy trabajando hay una vista espectacular de los crepúsculos de cada día, sin embargo había algo que no me gustaba, y era que entre el sol y el objetivo de mi cámara siempre se atravesaban esas feas estructuras de la fábrica. Algunas tardes después me fui acostumbrando e incluso me empezó a gustar el efecto contrastante que se aprecia en las fotos y así fue que casi todos los días disfruté tomando éstas, que aquí les regalo:
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